Enfrentarse al plato en blanco supone una agonía para muchos cocineros y es una pena que, después de trabajar con dedicación en el sabor, textura y tratamiento adecuado del producto, todo se vaya al garete por un emplatado vulgar o poco llamativo.
De acuerdo estamos en que el sabor debe ser lo primero a trabajar en un plato, pero estarás conmigo en que si además de estar bueno, conquista a la vista, el resultado es redondo.
El buen emplatado está muy relacionado con el sentido de la estética y, aunque existen parámetros que sirven de guía, es demasiado subjetivo.
Sin embargo, voy a ayudarte con unos tips para que comiences a probar y a trabajar hasta dar con platos seductores.
Tres ideas para lograr emplatados sexys
Emplatados de alumnos del Curso Profesional de Gastronomía y Artes Culinarias
La curva es sexy.
Y si no, mira a Marilyn. Eso es así. Difícil despegar la mirada de la pantalla cuando enfocan a ese mujerón.
Pero bueno, que me desvío del tema, igual que las curvas son sexys en una mujer, el volumen lo es en el emplatado.
Los platos planos resultan aburridos, sosos y demasiado estáticos. Jugar con el volumen otorga dinamismo, tensión y resulta más divertido.
Truquito: Utiliza pinzas para emplatar. Te ayudarán a darle mayor volumen a la preparación.
Cocina con Ritmo
Resulta muy impactante a la vista y además es un recurso muy fácil para implementar en un plato además de prestarse a ser utilizado en casi cualquier preparación. Simplemente se trata de repetir secuencias una y otra vez. Dependiendo del tamaño del plato se podrán repetir más o menos veces. Sin embargo, el número tres es un número muy utilizado en emplatados porque resulta cómodo a la hora de disponer tres piezas en el plato.
Útiles para emplatar con ritmo: A fin de crear elementos estéticos, pueden serte de mucha utilidad biberones, mangas, moldes o esponjas, por ejemplo.
Simplifica, my friend.
En caso de duda, no lo olvides: menos es más. Di no al barroquismo y a los platos combinados.
Simplifica, céntrate en el producto principal y cuida los detalles.
No olvides que el ingrediente principal debe ser el rey, no le quites protagonismo con guarniciones de tamaño exagerado o con un papel principal en el emplatado. Y cuida la cantidad de salsa con la que acompañas un plato. Es mejor disponer la salsa en el plato cuidando la estética, usando cucharas para hacer lágrimas o brochas para pintar la vajilla, y acompañar con una salsera para que cada comensal se sirva la cantidad que guste.
Recuerda, el resultado debe ser la suma perfecta de sabor y estética. Tu objetivo debe ser llevar al comensal a un punto crítico donde se muera de ganas por empezar a degustarlo y, a su vez, lo sienta tan bello que le dé pena “destruir” el diseño.
Por cierto, Si te interesa el tema, y quieres conocer más reglas y trucos de emplatado, te lo cuento más extensamente en mi guía gratuita: “Cómo diseñar platos de alta cocina” que puedes descargar aquí.
Gracias por las ideas. A veces soy un poco desastre al emplatar, creo que me complico demasiado la vida.
Hago preparaciones que quedan de maravilla son de mucho agrado para mis comensales pero mintalon de Aquiles es el emplatado necesito aprender técnicas para ello y mejorar las que ya pobremente se, gracias por sus consejos
Entonces te vendrá genial nuestra Guía de Técnicas de Emplatado. Puedes descargarla totalmente gratis aqui, Miguel > https://cookstorming.com/guia-gratuita-como-disenar-platos-de-alta-cocina
Un abrazo!