“Yo ya trabajaba en cocina pero no me sentía profesional ni seguro de mí mismo. A pesar de llevar varios años en cocina, no me consideraba cocinero. Elegí la escuela por la primera impresión que me dio al ir a informarme. Vi una escuela pequeña, con mucha implicación de Vero y Carlos y supe que no podía salir mal. No quería una escuela donde fuera el alumno 433 de la 3ª promoción. De Carlos destaco el compromiso que tiene con los alumnos, la cantidad de información que es capaz de dar de cada uno de los temas y la insistencia en hacer ver la realidad del oficio. Ahora veo la cocina con otros ojos, ahora soy un profesional y me siento seguro en la cocina. Sigo adelante con el negocio y afrontando siempre nuevos proyectos. Se lo recomendaría a todo el mundo que tenga muy claro que se quiere dedicar a la cocina porque en la escuela no te van a vender humo, te van enseñar mucha cocina y mucho de la realidad de lo que es trabajar en cocina”.

“El curso me facilitó todo lo necesario para poder dedicarme a esta profesión: la utilidad de lo que se transmite, una formación totalmente práctica, a ser resolutiva en situaciones que se pueden presentar además de a desarrollar la creatividad e idear platos que antes no podría imaginar. No sólo aprendes a cocinar sino también muchos aspectos importantes a la hora de trabajar en una cocina. Mi vida ha dado un cambio radical. Anteriormente tenía un trabajo en el que no me sentía satisfecha. Ahora me dedico a lo que me gusta, encontré trabajo una semana y media después de terminar las prácticas y ahora tengo mi propio restaurante”.