Después de casi 200 entradas en el blog, casi 1.000 fotografías en Instagram y unos cuantos vídeos de YouTube, hoy me he dado cuenta de que nunca me he parado a contarte con tranquilidad (mejor con un buen café en la mano) cómo y por qué nació CookStorming.
No es que me haya levantado nostálgica, ni que quiera aburrirte contándote toda mi vida con pelos y señales. Es que cada vez que Carlos y yo compartimos nuestra trayectoria, recibimos muchos comentarios de personas que desean cambiar su vida pero no saben cómo, o todavía no han reunido el valor para hacerlo.
Nosotros somos el mejor ejemplo de que es posible (y positivo) cambiar de rumbo muchas veces, hasta dar con el camino definitivo. Ya sabes, ese que te produce un cosquilleo en la tripa y que de repente te hace verlo todo claro.
Algunas personas piensan que Carlos nació con una sartén bajo el brazo, y yo con la vena de empresaria hiperdesarrollada.
Y aunque algo de eso había, a los dos nos costó un poco encontrar nuestra verdadera vocación.
Dos desconocidos en Buenos Aires
Carlos y yo nos conocimos en 2007 en Buenos Aires, a donde llegamos, de casualidad, casi el mismo día. En aquel momento no podíamos imaginar, ni de lejos, que terminaríamos abriendo una escuela de cocina juntos.
Yo me mudé a Argentina desde Sevilla para seguir mis estudios de Fotoperiodismo. Siempre me había atraído la comunicación, pero mi sueño de trabajar en un medio deportivo se vino abajo al descubrir que no podía entrar en la facultad de Periodismo por solo unas décimas en mi nota. Terminé estudiando Turismo, a pesar de que era algo que no me atraía para nada.
No había terminado la carrera y ya tenía un trabajo bien pagado. Se podía decir que era la envidia de muchas personas, pero yo no era feliz. Cada mañana, cuando sonaba el despertador, me sentía triste en vez de afortunada. Así que un día hice una «locura»: dejé mi trabajo, acepté un trabajo de camarera y empecé a estudiar Fotografía.
Mis padres alucinaban… pero eso no me echó atrás. En la fotografía descubrí un mundo fascinante, y eso me hizo querer más.
Decidí ir a Buenos Aires a estudiar Fotoperiodismo. Y mientras tanto, trabajaba de canguro o hacía pequeños encargos en periódicos.
Por su parte, Carlos llegó a Buenos Aires para seguir los estudios de cocina que había iniciado en Colombia. Pero esos no eran ni mucho menos sus planes originales…
De la ingeniería a la cocina
Carlos es una persona con una gran curiosidad. Siempre necesita saber el por qué de todo, y por eso le encantan la física, la química y la historia. Empezó a estudiar Ingeniería Mecánica en la universidad, pero no llegó a terminar la carrera. Se dio cuenta de que no era lo suyo, y además sus padres necesitaban de su ayuda para sacar adelante el negocio familiar de cuero.
Cuando la empresa familiar se estabilizó, Carlos volvió a la universidad para estudiar Periodismo. Después de la decepción que había vivido con la Ingeniería, pensaba que esta era la carrera adecuada. Pero tampoco fue así, y se planteó una nueva (y ambiciosa) meta: ir a Francia para estudiar cine.
Carlos sabía que si iba a vivir un tiempo en Francia necesitaría un trabajo para mantenerse. Por eso, mientras preparaba el viaje y la solicitud del visado, empezó a estudiar cocina. Allí Carlos empezó a acercarse a la profesión, pero él seguía ilusionado con ir a Francia.
Cuando le denegaron la visa, su sueño de estudiar cine desapareció para siempre. En cambio, surgió una nueva oportunidad: seguir estudiando cocina en Buenos Aires.
Y así, después de haber dado mil vueltas y de haber intentado distintas cosas, Carlos y yo llegamos a Argentina. Fueron unos años muy bonitos en los que Carlos descubrió que en la cocina estaba todo lo que había ido buscando. Mientras tanto, yo soñaba con crear algo propio un día.
Vuelta a Sevilla
La crisis en el país nos obligó a dejar Argentina. La subida de precios se hizo insostenible, y nos marchamos a Sevilla porque a Carlos le ofrecieron unas prácticas en un restaurante dirigido por Ferrán Adriá.
Es curioso porque salimos de un país en crisis, Argentina, a otro también en crisis, España. Pero a nosotros eso no nos asustó y a Carlos nunca le ha faltado trabajo como cocinero, a pesar de todos los mitos que hablan de la inestabilidad del sector.
La inspiración para abrir CookStorming surgió de la frustración de Carlos como jefe de cocina. Necesitaba cubrir una vacante, y por más entrevistas que realizaba, no daba con la persona ideal. Algunas tenían carencias claras de conocimientos o técnicas, y otros tenían una actitud poco humilde. Pasaron meses hasta que por fin contrató a una persona sin formación ni experiencia, pero con una pasión y un interés por aprender que dejaba atrás al resto de candidatos.
Y así, Carlos y yo tuvimos nuestro gran momento de iluminación. Después de años queriendo tener un negocio propio, nos dimos cuenta de la gran carencia en el sector de la cocina: la formación.
Nos propusimos un objetivo muy claro: formar a los cocineros que cualquier jefe de cocina querría tener a su lado, por conocimientos, técnica y actitud.
Nos encanta ver que nuestros alumnos salen de la escuela «con hambre»: quieren aprender todavía más, investigar más y experimentar más. Al mismo tiempo, respetan la profesión y son capaces de integrarse en un equipo de trabajo para conseguir que en la cocina todo funcione como una máquina perfecta.
Y creemos que ahí está el ingrediente secreto de Cookstorming. El 95,8% de nuestros alumnos consiguen trabajo como cocineros después de acabar su formación. Y de estos, un 16% entran en restaurantes con estrellas Michelín.
La magia de tomar decisiones atrevidas
A veces pienso… ¿Que habría pasado si no hubiera seguido mi instinto de dejar mi primer trabajo? ¿Dónde estaría ahora Carlos si nunca hubiera decidido estudiar cine?
No tengo ni idea. 🙂
Solo puedo decirte que estoy encantada con las mil vueltas que da la vida y que al final nos ha traído hasta aquí. Los dos, en momentos y lugares muy distintos decidimos escuchar nuestro corazón y estoy feliz por ello.
Estoy segura de que, si te pones a pensarlo, tu vida también ha dado unas cuantas vueltas.
La pregunta es, ¿vas a decidir tú ahora hacia dónde quieres que gire tu vida? ¿O vas a seguir esperando a que sean otros, o las circunstancias las que decidan por ti?
Si sientes que lo que haces no te llena, y que lo que quieres de verdad es dedicarte a la cocina, tengo una buena noticia para ti.
Vamos a empezar un entrenamiento gratuito online muy pronto, y creo que te va a interesar. En el entrenamiento Cocinero desde cero aprenderás cómo convertirte en un profesional de la cocina, aunque no tengas experiencia ni seas un mago de la creatividad.
Sigue tu instinto y apúntate ahora. Algo me dice que no te vas a arrepentir 🙂