Elogio al cocinero

Cocinero…

Tú que arriesgas tu piel en cada salpicón de aceite caliente.

Tú que arriesgas tus dedos en cada brunoise.

Tú que has estado durante horas pelando tomatitos cherry.

Tú que tienes los brazos marcados de líneas producidas por bandejas calientes de horno.

Tú que te juegas tu pelazo y aceleras tu calvicie tras cada extenuante servicio.

Tú que has sabido callarte y respondido “oído” cuando en realidad querías meterle la cabeza en el wáter a tu jefe de cocina.

Tú que has pasado de práctica en práctica sin ver un duro y echando más horas que un reloj sólo por avanzar, mejorar y aprender de los grandes.

Tú que te has perdido cumpleaños, bodas y muchos buenos momentos por estar currando.

Tú que has vivido la soledad de los lunes de descanso sin que nadie pueda acompañarte en tus planes.

Tú que quedas con amigos en tu día libre y les cocinas.

Tú que te sigues rodeando de libros cada vez que cambias la carta.

Tú que añoras un plato de lentejas por encima de cualquier otra cosa.

Tú que sigues aprendiendo de cada receta de tu madre y de tu abuela.

Tú que no te conformas con lo que sabes.

Tú que viajas cuando puedes y pruebas de todo sin prejuicios ni historias.

Tú que sigues formándote.

Tú que tienes como mayor recompensa cada plato rebañado que vuelve a la cocina.

Tú que después de todo lo anterior te sigues preguntando si de verdad sirves para esto.

Tú. Cocinero.

Tú eres el futuro.

Eres grande.

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A nuestros ex alumnos, alumnos y a los que vendrán.