Sabes que la gastronomía es la nueva gallina de los huevos de oro.
Comer ha pasado de necesidad a experiencia y, no sólo se busca llenar el estómago sino disfrutar comiendo, descubrir nuevas sensaciones y participar de la aventura culinaria que el chef ha diseñado.
España ha clavado su bandera en la cima y, desde allí, sigue construyendo más montaña que escalar. La cocina es una disciplina viva que no tiene fin. Es por eso que es tan apasionante, porque aún no está todo inventado. Aún no está todo saboreado. Cualquier ingrediente correctamente tratado puede ser evolución y revolución y sino fíjate en Ángel León. ¿Quién podría haber imaginado que comeríamos plancton en un restaurante de alta cocina?
En las cocinas (en las buenas cocinas), ya no hay hombres rudos tatuados, delantales llenos de salsa y mugre en las uñas. Las cocinas ya no parecen el patio de la cárcel.
En silencio, de blanco impoluto y manos delicadas, conviven durante horas expertos culinarios, pequeños (y grandes) inventores, químicos autodidactas y modernos alquimistas, buscando juntos la perfección, la fórmula para emocionar y sorprender a través del paladar.
Los nuevos cocineros son devoradores de libros, coleccionistas de recetas, espías, químicos frustrados, aspirantes a científicos locos. Usan las pinzas para decorar con la misma precisión que un cirujano y con él también comparte la entereza y el corte limpio, el respeto al “producto”. Los nuevos cocineros son cabezas pensantes, generadores de ideas, autoexigentes, adictos a la adrenalina, creativos insaciables y paladares intrépidos.
La memoria, la personalidad, el gusto y la elegancia son características subjetivas. Puede que haya otro cocinero con la misma formación que tú, con la misma experiencia o con el doble que tú, da igual. Una vez dominadas las técnicas, interiorizados los conocimientos y adquiridas las habilidades, lo que importa es lo que tienes ahí dentro, lo que tienes para expresar, dónde está lo que te hace único. Ese es tu mayor tesoro.
5 Elementos Fundamentales para Impulsar tu Crecimiento Profesional
En los inicios, es normal copiar los platos de los grandes chefs, conseguir una réplica de sus mejores recetas supone para ti un subidón. Descubrir que puedes hacerlo, que dominas la técnica y que el emplatado es impecable, refuerza tu autoestima y te hace sentir poderoso.
Está bien que lo hagas como práctica pero una vez conseguido, debes romper con todo lo que has visto y hecho y comenzar a caminar por tu propio camino.
Haz pruebas. Arriesga apostando por nuevas texturas, combinando ingredientes, utilizando nuevas técnicas. Olvida lo que sabes hasta ahora, juega a ser un niño, empieza desde cero, resetéate y prueba a introducir ingredientes que te llaman la atención pero que tu cabeza no te ha permitido mezclar hasta ahora.
Todos los cocineros tienen sus especialidades y sus más y sus menos con algunos productos. Por ejemplo, la casquería es un producto que no todos los cocineros se atreven a cocinar porque no les resulta atractivo o no han tenido la oportunidad de trabajarlo. Es muy probable que tu punto fuerte sean los arroces o el pescado pero es oír hablar de postres y empiezan los nervios y las inseguridades.
Obvio no vas a ser igual de bueno en todo, pero sí es importante que seas un profesional versátil capaz de sacar correctamente cualquier plato. Así que sal de tu zona de confort, comienza a trabajar aquello que te cuesta más trabajo o te da más pereza. Sólo practicando y probando podrás crecer profesionalmente.
Quizá no te lo puedas permitir de momento pero es uno de los mejores aceleradores y una buena práctica para expandir el conocimiento.
La gastronomía está tan arraigada a la cultura de un lugar que cada vez que empiezas a contar de un viaje acabas hablando de comida.
En tus lugares indispensables para visitar nunca deben faltar lonjas y mercados. Pregunta sobre los ingredientes que no conozcas, pregunta a los tenderos sobre sus usos culinarios y ¡compra!. Los mercados de abastos suelen ser buenos sitios para sentarse a probar comida tradicional. No te cortes preguntando, no habrá ningún problema.
Para los nativos no hay mejor que un “guiri” interesado y flipado por su país y su cocina.
Antes te hablaba de que la cocina es una disciplina viva.
Viva y coleando. Y por eso es tan divertida, dinámica y creativa.
Nuevos ingredientes, nuevas herramientas, inventos, nuevas tendencias, nuevas técnicas…Si quieres seguir creciendo profesionalmente no puedes quedarte atrás. Debes estar al día con formación específica, mirar qué están haciendo los demás, leer revistas especializadas para estar a la última y probar, comer, comprar y cocinar lo nuevo que vaya saliendo al mercado.
Con pasión y llevando a cabo estos pasos fundamentales no me cabe duda que llegarás donde te has marcado. ¡Piensa en grande!
Ahora te toca a ti, cuéntame. ¿Te reconoces en el perfil de nuevo cocinero? ¿Cuál de los anteriores elementos fundamentales te cuesta más implementar?
Con pasión y siguiendo cada uno de estos pasos, te aseguro que no pararás de crecer profesionalmente.
Es tu turno. ¿Tienes el perfil del nuevo cocinero? ¿Vas a ponerte manos a la obra para lanzar tu carrera profesional hasta el infinito y más allá?
Super interesante el post…
Me ha encantado lo de olvidarse del Crtl-C… En la cocina hay que buscar la pureza desde la autenticidad.
Saludos 🙂