Queremos compartir contigo una reflexión que hacemos a partir de la experiencia con nuestros alumnos.
Muchos de ellos, con la pasión y el ansía por aprender, tienden a querer esferificar, hacer espumas o jugar con nitrógeno al inicio de la formación. Son muchos los que quieren comenzar a descubrir e implementar las técnicas de vanguardia antes que conocer las bases de la cocina profesional. Realmente, la zona de productos de vanguardia de la que disponemos en la escuela es tentadora pero lo primero es lo primero.
Éste es un post poco usual. No te explicaremos técnica, producto ni recetas. Hoy queremos compartir un pensamiento, nuestra filosofía de aprendizaje, una reflexión.
Nos encantaría conocer tu opinión sobre este tema. Esperamos tu aportación en la sección de comentarios al final de este post.
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Sería un placer tenerte con nosotros este curso 🙂
Un abrazo, Vero
Buenas, yo soy muy de tradición y creo que llevas totalmente la razón, si no conoces las técnicas tradicionales puedes hacer una espuma perfecta, una esfera de libro, pero, ¿tendrá sabor? ¿estará rico? Lo primordial en la cocina es el sabor, después el sabor se puede poner bonito y texturizar de mil maneras, pero si no consigues ese sabor basándote en la cocina tradicional, el bonito no valdrá de mucho.
Doy fe de que en el programa formativo se hace mucho hincapié en las técnicas tradicionales y una vez dominadas es cuando se pasa a la vanguardia, con la que alucinas.
Ramón gracias!
Es verdad. La cocina molecular es alucinante pero la verdadera cocina que nos pone los pelos de punta y nos emociona es la tradicional.
Un abrazo.
Buenos días,
Mi duda es la siguiente:
¿Què pautas se deben seguir para llevar un plato tradicional a uno actual sin perder la esa esencia tradicional que lo identifique?.
Gracias y un saludo.
Buenas Juanma,
esa pregunta es demasiado genérica. Habría que analizar cada caso. Lo que nunca haría sería anteponer la belleza del plato al sabor. La forma puede ser diferente, las texturas pueden variar pero el sabor final debe ser el mismo que encontrábamos de pequeños en nuestra casa. Creo que ese es el secreto.
Un abrazo,
Ola Carlos, soy Patricia vivo en Colombia soy instructor de gastronomía colombiana,y estoy totalmente de acuerdo con tu comentario y es algo muy frecuente ese deseo de los estudiantes de aprender cocina molecular antes que conocer sus raíces y manejar los conceptos y técnicas básicas de la cocina. Pero creo que ello depende mucho de los profesionales de la cocina y la motivación he influencia en ellos para que vean lo importante de tené unas buenas bases y conocer muy bien un producto o preparación, antes de querer transformarla y llevarla a un experiencia que sorprenda pero que recuerde las raíces. Porque aveces las experiencias que se llevan a la mesa son tan exageradas que quitan la esencia del disfrute a la hora de alimentarnos.
Buenas Olga Patricia.
Sí, está en nuestra mano inculcarles la valía de lo autóctono y las bases de la cocina profesional.
Me alegro que compartas nuestra opinión 🙂