No nos gusta ser cínicos y por eso en el post anterior (Lo que nadie te ha contado sobre la profesión de cocinero) te contamos sin anestesia lo que te vas a encontrar si decides formar parte de la profesión.
Seguramente tú, que estás leyendo atento, estés pensando en darle un giro a tu vida y reinventarte profesionalmente. Es posible que estés quemado de tu actual trabajo, que estés aburrido y desmotivado o que no encuentres trabajo de lo tuyo y optes por un oficio con mayores salidas laborales como es la cocina.
Nos frustraría mucho, igual que a ti, que después de decidirte a estudiar cocina, comenzaras a trabajar y te dieras cuenta de que esto no es lo tuyo y de que te has vuelto a equivocar. Es por eso, y no por otra cosa, que somos tan crudos hablando de la realidad de la cocina profesional. Básicamente para que no te estrelles.
Pero bueno, vamos a la parte positiva. Si después de leer el post anterior sigues con ganas y motivación, este post va a ser el empujoncito que te faltaba.
8 razones para estudiar cocina
#1. Conocerás gente de todos sitios y condiciones
Este punto puede sonarte a topicazo pero es verdad. Las cocinas a veces parecen un anuncio de Benetton. Gente de todas razas, religiones, países y condiciones. Eso es muy enriquecedor tanto en el plano personal como en el profesional y no es fácil que se dé en otros oficios.
#2. Tendrás un aprendizaje constante
La cocina no para, está viva, como yo digo. Evoluciona constantemente porque no se para de inventar. Son muchos los restaurantes que cuentan con un departamento de I+D+I y que siguen esforzándose por sorprender al comensal con nuevos hallazgos, nuevos sabores incluso nuevos ingredientes. Ahí tenemos a Ángel León con su plancton marino, por ejemplo.
Por tanto, no dejarás de aprender, de absorber y de trabajar para sorprender a otros.
#3. Es un trabajo adrenalínico
La cocina no es un trabajo para gente pasiva. Si te va la marcha y te pone tener la adrenalina a tope, bienvenido. Los servicios, lleves los años que lleves trabajando, son adrenalínicos a tope y ojo, quizá aquí esté la respuesta de por qué los cocineros aman su profesión siendo lo dura que es. Engancha y se echa de menos (a Carlos le pasa) cuando te dedicas a otro ámbito como la formación o la investigación.
#4. Evolucionarás como un Pokemon
Ya sin coña. Partimos de la base de que la cocina muchas veces es un terreno hostil. El ambiente puede ser pesadillo, se pasan muchas horas dentro, con gente muy distinta, etc
¿Qué consecuencia buena tiene todo este cocktail explosivo? Que no te queda más remedio que aprender a ser mejor persona, a evolucionar como persona. Ser más tolerante, ser más compañero, ser más paciente, ser más humilde y ser más comprensivo. De otro modo te volverás loco.
#5. Tendrás la posibilidad de encontrar empleo fuera de España
Otra de las razones para estudiar cocina te la resumiré la idea central de este punto en una fórmula matemática clarísima:
Ser español + ser cocinero = trabajo en cocina en el extranjero
Conozco muchos casos que contando únicamente con la primera variable (ser español) han ascendido hasta jefes de cocina sin tener ni idea del tema. Pero bueno, no es lo recomendable.
Lo que quiero decir es que tu pasaporte español vale mucho en este momento de boom gastronómico que vivimos y que si te apetece, te hace falta o te motiva trabajar un tiempo fuera no creo que lo tengas difícil y puede ser un máster de aprendizaje en todos los ámbitos para ti.
#6. No tendrás un trabajo monótono
Vale, sí. Quizá te lleves meses sacando los mismos platos y emplatando todo en plan cadena industrial pero sabes que esa carta desaparecerá y tendrás otra y aprenderás nuevas cosas. Si alguna vez tienes que enfrentarte a la elaboración de una carta verás que es un trabajo duro y estresante pero el aprendizaje de realizarla, de hacer algo especial y de la investigación y el avance del prueba y error, es brutal.
Pasa algo parecido cuando nuestros alumnos se quejan de lo complicado de los exámenes de cocina: inventar un plato desde cero partiendo únicamente de un producto principal y teniendo que usar al menos tres técnicas de cocina estudiadas. Para alguien que lleva unos meses en esto, este tipo de actividades es un mundo (me atrevería a decir que es un mundo incluso para cualquier cocinero que nunca se ha enfrentado a algo similar) pero cuando llega el día de presentar su plato y ven lo que han sido capaces de hacer, flipan y nosotros también flipamos, por supuesto.
#7. Tendrás un oficio con un alto porcentaje de inserción laboral
Los cocineros buenos están todos trabajando. Eso es así aunque a alguno le moleste. Los cocineros con formación, predisposición, pasión y ganas están en activo y si tú eres o estás dispuesto a ser uno de ellos, no te va a faltar el trabajo incluso tendrás más de una oferta de empleo.
Estamos en un momento en el que el comensal es cada día más exigente y está cada día más informado y/o formado. Esto hace imposible tener en el equipo gente mediocre, vaga o desmotivada. El sector pide compromiso y exigencia y eso tiene que empezar por los profesionales que están entre fogones.
#8. Verás inmediatamente la satisfacción del trabajo bien hecho
La ventaja que tiene la cocina es que tienes un feedback inmediato reflejado en la cara de los comensales. Ver en la cara de la gente el disfrute con algo que has creado o elaborado tú con tus manos, no tiene precio. Ese es el mejor regalo de esta profesión y será tu motor para seguir creciendo y disfrutando de tu trabajo.
¿Qué te empuja a estudiar cocina? ¿Se te ocurren algunas otras razones para estudiar cocina? Si ya eres cocinero, ¿qué te motiva cada día para seguir amando la profesión?
Atención: Si crees estar decidido a estudiar cocina, te recomiendo que te apuntes a la lista de espera del Curso Profesional de Gastronomía y Artes Culinarias para poder enviarte toda la información de forma prioritaria en cuanto abramos las inscripciones.
Un artículo muy interesante, Vero!
Gracias por compartirlo!
muy bueno y muy cierto.